una impresora 3D por menos de 100 euros hecha con partes usadas




Un africano es el inventor de la primera impresora 3D construida partir de desechos. La idea original era elaborar un producto que fuera más cercano a la realidad, con partes usadas y materiales por así decirlo, de la calle.

La mayoría de las piezas provienen de aparatos usados de Europa. Miles de toneladas de chatarra electrónica llegan cada año a Africa occidental y contaminan el medio ambiente. Esto resulta más barato que gestionar estos residuos en el país de origen.

Con este proyecto también se da una respuesta al problema de la chatarra electrónica. Se reutiliza repuestos provenientes de la chatarra para hacer algo práctico. Por todas las piezas de la impresora se gastó menos de 100 euros, y al principio muchos creyeron que estaba loco. Es imposible armar una impresora 3d de alta tecnología a partir de chatarra decían todos.

El proyecto duró seis meses y fue mucho trabajo ya que hubo que probar que pieza servía, y si algo no funcionaba o se necesitaba otro repuesto, había que fabricarlo, por lo que fue muy complicado pero al final ha salido bien.